Segunda edición de Carlos Madrid como director del Cinema Jove-Festival Internacional de Cine de Valencia, y confirmación de que este ha adoptado una línea continuista en relación con su respetado predecesor, Rafa Maluenda (si exceptuamos la potenciación de la Competición Internacional de Webseries, que esperamos se convierta muy pronto en una de las más notables del país). En lo que respecta a los cortometrajes, Madrid sigue aportando la experiencia cobrada durante años en El Festival de Mediometrajes La Cabina, y alterna, como suele ocurrir en el Jove, títulos más o menos complacientes o prescindibles con una cuidada selección de lo mejor de la temporada. Esperamos que acabe decantándose más por lo segundo que por lo primero, ya que al director no le falta ni conocimiento ni criterio para elaborar una selección modélica.
El Palmarés de esta edición resulta un tanto engañoso, por no decir decepcionante. El balance general de los galardonados es tan bajo que induce a pensar que la selección global fue pobre, lo cual no es cierto en absoluto. En una selección que incluía títulos como Aliens, Min börda, Ato san nen, Terremoto Santo, A gentle night, Caroline, Matria, A drowning man o Everything, premiar lo que se ha premiado dice más bien poco en favor de los Jurados.
El Jurado Oficial solo acertó con la Luna de Oro al Mejor Cortometraje, The full story de Daisy Jacobs y Christopher Wilder (GB), nueva incursión de la autora del memorable The bigger picture en su feliz amalgama de animación e imagen real, donde los personajes tanto son de carne y hueso como aparecen pintados en las paredes, para salir de ellas y cobrar vida en cualquier momento. The full story ya no proporciona la sorpresa absoluta que fue The bigger picture, pero sus resultados son tanto o más redondos que los de su precedente. Esta tormentosa evocación familiar (un hombre, a partir de la venta del hogar donde pasó su infancia, rememora el destructivo divorcio de sus padres) conserva la misma energía e inventiva visual de The bigger picture, y sus personajes, sean reales o animados, integrados o no en el decorado familiar, respiran, interesan, están vivos. Una obra sobre la que habrá que volver con mayor detenimiento.
Pero sigamos. Todos los premios del Jurado Oficial han ido a parar a cortometrajes dirigidos o co-dirigidos por mujeres. Una decisión que, en este caso, parece más política que otra cosa, y que resulta cansina, cuando parece que muchos certámenes siguen equivocando los términos a la hora de conceder los galardones. El Palmarés enteramente femenino del Certamen Nacional de DocumentaMadrid era totalmente merecido. El Palmarés predominantemente femenino del Jurado del Jove parece forzado.
Las dos Menciones fueron otorgadas a piezas respetables y bienintencionadas, pero que ni de lejos podían contarse entre lo más brillante de la selección. Avec Thelma de Ann Sirot y Raphaël Balboni (Bélgica) es un simpático relato sobre una pareja homosexual que se verá felizmente obligada a cuidar de una niña en ausencia del padre. La intención es clara: reivindicar el derecho de los homosexuales a adoptar, y mostrar la paternidad de la pareja como algo completamente natural. Discurso totalmente compartible (¡que a estas alturas aún haya que estar reivindicando algo así!) pero que no justifica una mención por sí misma, ya que Avec Thelma es un trabajo excesivamente plano, que confunde la naturalidad con la monotonía expresiva. Menos mal que está la niña.
Algo similar ocurre con la otra Mención: La poesía solo muere cuando termina de Adelaida Lamas (España). Trabajo fin de carrera de la ESCAC, en el que la directora recorre la noche en la que una adolescente sospecha que está embarazada, y junto con su amiga inicia un pequeño descenso a los infiernos en busca de un Predictor. La agonía física y psicológica que atraviesa la chica es lo mejor de la pieza, pero el retrato de los hombres, cargado de hostilidad de brocha gorda, supone un hándicap, y en todo momento queda la sensación de que todo podría estar mejor de lo que está. Darle una mención especial internacional a este honesto primer paso en la realización le perjudica más que le beneficia, sobre todo cuando Galatée a l’infini, una obra superior a todos los niveles, tuvo que conformarse con el Premio del Jurado Joven.
Movistar+ tampoco estuvo inspirado a la hora de otorgar su premio particular, aunque en este caso lo único que pretende El escarabajo al final de la calle de Joan Vives Lozano (España) es divertir, y lo consigue relativamente. Este cuento de humor más blanco que negro, por más que hable de la muerte, mezcla a placer actores profesionales (y algunos estupendos) con los habitantes reales de un pueblo valenciano. Allí tiene lugar una profecía, según la cual uno de los feligreses morirá en el transcurso de una semana. Todo es fallero, despreocupado, lleno de amor a las comunidades rurales y a su cultura ancestral… pero todo el mundo, incluido el director, parece estar convencido de que lo único que importa es reírse un rato y ya está. Es una pena, porque en todo momento queda la impresión de que Vives tiene buenas ideas y hasta cierto aliento lírico (resulta sospechoso acabar un corto así con una canción tan bella como ‘Peix enamorat’ de Marina Rossell). Si el director aprende a creer más en sí mismo, seguro que podemos esperar cosas mejores de él.
Movistar+ y Pecera Studio también otorgaron su Premio al Mejor Proyecto, en este caso a un título prometedor, ‘Vigo, 16 de diciembre’ de Álvaro Gago y Ringo Media. Y el Premio Feroz fue para Ahora seremos felices de Borja Soler (España).
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