Explora
Poco a poco Explora va perfilando su propuesta, abordando el cine experimental cada vez más lejos del cine abstracto y de los cánones preponderantes en décadas anteriores. No es que los experimentos sobre la materialidad del soporte, el cine de vanguardia clásico, el found footage o las películas rodadas sin cámara no encuentren espacio en esta sección. Es solo que Curtocircuíto abre la puerta también a otras vías de la experimentación con el lenguaje y la forma, incorporando por ejemplo las hibridaciones con el arte conceptual, el video-arte, los lenguajes digitales o directamente con nuevas formulaciones narrativas.
Un poco de todo eso quedó traspasado a un palmarés liderado por la sugerente Y Berá. Aguas de luz de Sarah Jessica Rinland (Argentina, 2016), que recodifica el documental de animales y propone una intervención sobre el paisaje y la historia de lo más sugerente. Un corto que demuestra que la experimentación no está reñida con la comprensión ni con la cerebralidad, pues hay un camino para encontrar la vanguardia dentro de la narración y despertar en el espectador emociones y pensamientos por caminos inusitados.
Un poco más clásicos en el sentido canónico, resultaron las dos menciones especiales de esta categoría, aunque en ambos casos distinguieron a obras de excelencia,. Por un lado, el rotundo (aunque un poco largo, hay que decirlo todo) On generation and corruption, pieza mayor dentro de la filmografía del célebre artista japonés Takashi Makino, muy fiel a su trayectoria anterior, pero también con un tremendo poder hipnótico y conceptual que establece una creciente tensión entre lo abstracto y lo figurativo; y en segundo lugar, I don´t think I can see an island, donde los franceses Christopher Becks y Emmanuel Lefrant son capaces de introducir ligereza y un cierto placer lúdico en la continua revisitación de un motivo, un paisaje, hasta, por su mera repetición, llegar a descomponerlo en una unidad de forma y color.
Más arriesgada fue en este caso la mención especial concedida por el Jurado Camira (crítica internacional) a Indefinite pitch de James Kienitz Wilkins (Estados Unidos), ganador el año pasado del premio de esta sección con B-Roll with Andre (Estados Unidos, 2016). Wilkins experimenta en esta ocasión con el lenguaje hablado y la alteración de la velocidad de la voz en off, construyendo todo el film sobre un hipotético pitching, donde los temas se unen y entrelazan de una forma tan natural como imprevisible, sirviéndose en la banda visual únicamente de fotografías en blanco y negro de un río.
Explora dejó también hueco para otros films de notable factura y belleza, como Silica (Pia Borg. Australia, Reino Unido, 2017), Refuge (Ronert Todd. Estados Unidos, 2017), Patter lenguage (Peter Burr. Estados Unidos, 2017), Urth (Ben Rivers. Reino Unido, 2016), Alien tourist (Maria von Hausswolff. Dinamarca, 2017) o From source to poem (Rosa Barba. Alemania, 2017).
Planeta GZ y Penínsulas
El novo cinema galego sigue siendo un referente dentro de la cinematografía española que parece lejos de dar síntomas de agotamiento. Es por ello que la competición local de Curtocircuíto no es nunca un relleno o una concesión, sino una de las secciones más interesantes y competidas en cada edición. A los trabajos de nombres consagrados como Lois Patiño (Fajr), Elena Girón y Samuel Delgado (Plus ultra), Jaione Camborda (Rapa das bestas) o del productor Felipe Lage (Tshweesh, dirigido por Feyrouz Serhal) se le añadieron otras propuestas de gran calidad que dieron cuenta del poderío de la producción gallega. Sin ir más lejos, el corto ganador de la competición (y del premio de la asociación de guionistas Agag), Aysha, de Fon Cortizo, una imponente denuncia del papel de la mujer en los países árabes, de la mano de su protagonista, una comprometida artista que utiliza el spoken word y el rap para llamar la atención sobre este tema. Cabalgando sobre la no-ficción y dotado de una resultona fotografía, Cortizo logra un retrato singular y percutivo, que sin abandonar la cuestión social, apuesta por una formulación abiertamente arty, sin ser para nada presuntuoso.
Un poco más convencional en la forma, pero con un gran resultado en el campo emotivo, resultó La mujer invisible, de Noemí Chantada, ganadora del Premio del Público y del premio del Jurado Crea (Asociación de Directores de Galicia). Chantada firma aquí un retrato amable y sincero sobre la doble vida de una prostituta de mediana edad, siguiendo su proceso de transfiguración entre su vida cotidiana y el rol que asume para ir a trabajar. Un corto sencillo, pero eficaz, que da lugar a un perfil rotundamente humano.
Por último, la sección Penínsulas reunió cinco trabajos de producción española que vienen a reflejar también el estado del cine independiente más inquieto del panorama nacional. El premio de esta sección, que incluye la preselección para los Goya, fue para la notable animación Contact, de Alessandro Novelli, un film de algún modo emparentado en lo temático con el genial Planemo (Veljko Popović. Croacia, 2016).
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