El 15M es un fenómeno que los medios de comunicación nunca supieron bien cómo contar. Las imágenes de cobertura de las acampadas llenaron horas de televisión. Dependiendo de la alineación ideológica del grupo de comunicación que las tratase se difundió un posicionamiento a favor o en contra. Por la propia naturaleza del movimiento las imágenes generadas desde dentro (es decir, tomadas, editadas y distribuidas por los propios ciudadanos) fue consecuente con los postulados de independencia, libertad y cuestión al poder. Después del 15M los mass media clásicos volvieron a demostrar que su
utilidad no es tanto servir a la ciudadanía como cumplir con intereses político-empresariales.
Con motivo del segundo aniversario de la acampada en la Puerta del Sol, la asociación de documentalistas Docma preparó un programa de cortometrajes con objeto de recopilar los ecos que el cine independiente ha recogido sobre el movimiento y sus aledaños. Su título, Spanish revolution? cuestiona con un signo interrogante el cliché con que el fenómeno fue bautizado desde fuera de España. La respuesta se despliega mediante siete piezas de ocho cineastas distintos. No desvelaré nada si adelanto que tras la audiovisión de Spanish revolution? se nos plantearán nuevas y más ambiciosas preguntas, pero será con la digestión de experiencia implementada que siempre nos regala el cine.
Las siete obras comparten aspectos. Uno de ellos es la pulsión que conduce a rodarlas con la espontaneidad de quien sale a la calle a manifestarse. A pesar de que la calidad técnica se vea vejada, en ocasiones por la vehemencia en la toma, en ocasiones por las circunstancias lógicas en una manifestación, prima la captura de momentos impredecibles e irrepetibles. Esto nos conduce a un nuevo punto: La condición de ser películas urgentes las llevará a obviar en casi todos los casos el circuito convencional de festivales. Encontraremos que algunas de ellas se colgaron en abierto en portales especializados para vídeo en streaming, otras han sido invitadas por festivales para sesiones especiales y alguna usa metraje de dominio www para hacer después con él un circuito festivalero casi convencional. Por último hay que apuntar que, a diferencia de otros filmados espontáneos de manifestaciones, cargas, acciones u otros eventos que se pueden ir encontrando en la red, los autores han decidido imprimir a estas piezas entidad cinematográfica en su pulso y tratamiento como veremos a continuación.
Historia monumental de la España contemporánea es una pieza creada ex profeso para encabezar la sesión. Su autor, David Varela, veía necesaria una introducción que acotara un marco con el que centrar los contenidos del resto de obras. El juego conceptual puesto en marcha enfrenta imágenes de restos
monumentales que regímenes desde el franquismo han dejado en los espacio urbanos de Madrid a testimonios sonoros emitidos desde el poder para su difusión por los medios oficiales. El documento radiofónico se revaloriza hinchado por la perspectiva de la que ahora disponemos sobre pasado siglo y
viene a subrayar la obsolescencia de los medios de comunicación de la que hablábamos antes, así como la credulidad del pueblo español ante ellos.
Historia monumental de la España contemporánea, de David Varela
La matança del porc, de Isaki Lacuesta, también establece un discurso de miras al pasado reciente de España. Este dispositivo se lleva a cabo a través de imágenes en Super-8 tomadas por un empresario y cineasta amateur en el marco de las primeras elecciones democráticas tras el franquismo. La tradición de la matanza del cerdo terminó por ley junto con el régimen, lo que dio paso a la llamada conciencia de transición. La metáfora es suficientemente elocuente como para que Lacuesta asiente premisa. Una conversación telefónica nos ofrece un relato desprovisto de entusiasmo, de talante materialista y que
invita a la reflexión al leerlo en contraposición con las imágenes del presente en las plazas.
Enero 2012 (o La apoteosis de Isabel La Católica), del Colectivo Los Hijos, supone su primer acercamiento a filmar Madrid. Sin deshacerse de cierta condición de foráneos, la decisión de los autores es contraponer la intrascendencia que propone la audioguía de una ruta turística a la complejidad de la vida cotidiana en la propia ciudad. Enero 2012 se mueve en la periferia de la Spanish revolution centrando nuestra atención en el primer invierno tras el 15M, un tiempo en el que se diluyó cierta esperanza de cambio político y social factible. Los rostros meditabundos de quienes se preparan para arrancar un día más a enero, nos cuentan cómo la vida siguió entonces, recordemos, como a lomos de un autobús turístico.
Enero 2012 (o La apoteosis de Isabel La Católica), del Colectivo Los Hijos
En Ja arriba el temps de remenar les cireres, Jorge Tur rueda la huelga general del 29 de marzo en Barcelona. El humor es uno de los atractivos con los que el movimiento antiglobalización comenzó a calar en la sociedad. Desde las movilizaciones contra el G7 de principios de siglo, la protesta ha desarrollado un lenguaje de expresión propio que en España culmina con el 15M. La singularidad del acto de manifestarse y su valor como gesto performativo queda registrado en la pieza de Tur en oposición a la idea de protesta en bloque que ofrecen los medios. Rupturas formales como la desincronía entre imagen y sonido o la autoreferencialidad del autor como sujeto observador sin más medios ni ayuda que una cámara, nos reafirman su carácter contrainformativo.
Las variaciones Guernica es una invitación a volver a mirar con atención una obra de Picasso. No han pasado ni 80 años desde su alumbramiento y el significado del Guernica ha caído en el equívoco. La reproducción masiva de una imagen acaba desviando su significado de la intención inicial del artista. La obra acaba convertida en un icono sin más uso que su estampado en una camiseta o en una taza de desayuno. Guillermo G. Peydró pretende devolvernos la mirada primigenia con la que se concibió el lienzo. Con una estructura en díptico a través de 12 pasos y tras una indagación en busca de audiovisuales difundidos en la web, el autor nos muestra los Guernicas que cada día se producen en nuestra sociedad. Videos oficiales de regímenes autoritarios, imágenes de videoaficionados en manifestaciones, discursos en los foros de debate supranacionales o los blancos y negros de los videos de control de los cazas de combate norteamericanos, dejan el mismo sabor monócromo que el óleo que nos quiso hablar del abuso del poder contra la sociedad civil.
Las variaciones Guernica, de Guilermo G. Peydró
Video-derives: Sol es una pieza que materializa las ideas lanzadas en los primeros párrafos de este artículo. La revolución fue registrada por múltiples puntos de vista, tantos como cámaras. Flavio G. García tuvo la intuición de grabar en los días posteriores al 15M, no lo dicho en asambleas ni lo expresado en las manifestaciones, sino las cámaras que registraban lo anterior. Sol se convirtió en escenario de excepción para probar que los vaticinios de Orwel tenían algo de profecía. Nadie sospechó antes que el Gran
Hermano no estaría en manos del poder sino en la suma de cada ciudadano con su capacidad para compartir información formando una especie de cine-ojo 2.0.
Video-derives: Air vigilance nos muestra la otra cara de esta idea. La presencia de los helicópteros de control que sobrevuelan Sol es la de puntos
de observación o cámaras-ojo al servicio del Estado cuyas imágenes podrían ser utilizadas en contra de los acampados. La naturaleza de la imagen que puedan registrar será radicalmente distinta a cualquier toma hecha por las cámaras que vemos en Video-derives: Sol. Los helicópteros son tomados desde la
tierra, como si fueran avistamientos de OVNIS, o de un enemigo desconocido y ante el que estamos indefensos. En ambos casos la textura de la imagen nos remite a la capacidad económica en cuanto a producción de quien filma: Ciudadanos de a pie.
Sirvan estos siete cortos, entre otros muchos fuera del programa, como ejemplos de preservación de la memoria para una revolución con signo de interrogante. Quizás en el futuro podamos borrarlo para afirmar que el 15M fue un auténtico cambio. Hasta entonces queda aún mucho cine.
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