La Junta Directiva PNR continúa con la labor iniciada en 1987 con el manifiesto fundacional de nuestra asociación, constituida oficialmente en 1989. En este tiempo, 465 nuevos realizadores han pasado por la Plataforma, y hoy damos voz a 114 directores, productores, técnicos… Promovemos la producción y exhibición tanto de obras de nuestros socios (con proyecciones periódicas en cines, descuentos con empresas audiovisuales, el Festival de Cine de Madrid-PNR, relación permanente con instituciones, carnet gratuito Doré, publicaciones…) como de todos los cortometrajistas y primeros largometrajistas que a nivel nacional inician o prosiguen sus carreras.
¿Son los tiempos los mismos? Indudablemente no. Los costes de producción han descendido, los procesos son bien diferentes, la exhibición se ha diversificado: se cierran cines, resurgen numantinas salas, se desarrollan plataformas VOD como posible futuro sostenible frente al consumo online que solo reporta réditos a corporaciones de la comunicación… pero las ventanas para el cine emergente continúan siendo escasas en medios y espacios dominantes. Paradójicamente, cada vez se consume más audiovisual (263 minutos al día de TV por habitante en 2014) y a la par la situación en el sector nacional es día a día más precaria.
¿Cuál es la situación actual del cortometraje? Para obtener una foto fija es necesario contar con un órgano independiente que recopile información de los últimos años sobre el ascenso de cortometrajes seleccionados y galardonados en los mejores festivales y mercados del mundo, notablemente superior al de largometrajes nacionales. Una hemeroteca permanente de la evolución de este sector siempre emergente. Es también vital conocer a fondo cómo las ayudas estatales y autonómicas a producción de cortometrajes que arrancaron a principios de los 90 han propiciado que autores, técnicos y actores de aquellas primeras obras sean hoy profesionales del audiovisual, que aquellas tripulaciones apoyadas en sus inicios, hoy sirven en el castillo de popa. Para colaborar en dicho inventario, anunciamos el próximo proyecto de la PNR, una web sobre la ‘Historia del Cortometraje en España’ que pretende almacenar las trayectorias de casi todos los cortometrajistas españoles, con acceso a alguna de sus obras, y servir de banco de datos para análisis de la evolución de nuestro sector.
España es el segundo país productor de cortos a nivel mundial. En la última década el cortometraje español ha demostrado su calidad con 5.000 premios internacionales, 5 selecciones en los Oscars (7:35 de la mañana, Éramos pocos, Binta y la gran idea, La dama y la muerte, Aquel no era yo, y ahora con posibilidades, Minerita y Juan y la nube) y multitud de premios y selecciones en festivales A como Cannes y Venecia, ostentando incluso algunos récords Guinness… Por otra parte, somos el primer comprador de cortos en Francia, país que vende anualmente mil cortos al resto de Europa y que según estudios en 2014 produjo 600 cortos por 22 millones de euros, financiados desde empresas (5%), televisiones (20%) y ayudas públicas (75%), los cuales solo en salas de cine recaudaron 400.000 €. Todo ello gestionado por L’Agence du Court métrage pública.
En España apenas hay datos de ventas, y en producción lo dice todo el que en los últimos 4 años el ICAA destinase al cortometraje un exiguo 1,9% del total, varios enteros por debajo de la media de los principales países europeos, que evidencian que aún nuestras instituciones y televisiones no comprenden que esas ayudas son la semilla del futuro de nuestra industria cinematográfica. Un buen ejemplo, Tadeo Jones, que antes de películas taquilleras fueron fantásticos cortometrajes. La sensación es que aquí no se cuidan los cortos como en el resto de Europa, y mientras el cortometraje español sigue cosechando éxitos fuera sin parar… Para ilustrar lo dicho, véase este Cuadro de Evolución de Ayudas del ICAA al Corto entre 2007 y 2015:
Sin rendirse, las 3 asociaciones existentes, Asociación de la Industria del Cortometraje (AIC), Coordinadora del Cortometraje Español (CCE) y Plataforma de Nuevos Realizadores (PNR), han marcado un antes y un después al aparecer desde 2013 ante las administraciones e instituciones siempre como un grupo unido y sólido con voz cohesionada, consolidando una imagen de sector bien representado con interlocutores permanentes y capaces.
¿Hacia dónde dirigirnos? Para dotar a cortometrajistas, nuevos realizadores y productores de mejores condiciones para transitar desde el mundo amateur inestable hasta uno profesional y plausible, existen en marcha varios proyectos que de consolidarse serían muy positivos:
El “Decálogo del Cortometraje”, en el que trabaja el ICAA junto a las 3 asociaciones, que persigue mejorar la normativa sobre subvenciones, la organización y las comisiones que las otorgan, con acciones conjuntas con las Autonomías, que va a poner en marcha en pocos meses un ‘portal educativo’ con recursos audiovisuales para formación en las aulas de futuros espectadores a través del cortometraje, aspecto éste considerado fundamental por el ICAA y las asociaciones, que va a propiciar el inminente lanzamiento de un catálogo ‘Made in Spain’ con los mejores cortos españoles para promoción en el extranjero, que va a recuperar el stand ‘Shorts from Spain’ en el Festival de Clermont-Ferrand, que ha creado un apartado específico de Cortometraje en la web del ICAA…
El “Encuentro Anual del Cortometraje en el Festival de San Sebastián” cada septiembre para hacer balance de curso y marcar objetivos, el “Código de Buenas Prácticas en Festivales de Cortometrajes” auspiciado por la Asociación de la Industria del Cortometraje (AIC) con vistas a un ‘Sello de Calidad’, la instauración del 21 de diciembre como “El Día + Corto” en 2013 gracias a la Coordinadora del Cortometraje Español (CCE) para reivindicar y celebrar el corto, la recientemente creada ‘Comisión del Cortometraje’ de la Academia de Cine* donde participan de forma estable las tres asociaciones… todos avances tremendamente positivos.
Perentorio es también lograr de TVE un compromiso mayor con el cortometraje: que destine un % de su inversión anual en producción y exhibición de cine español, y que pague por su emisión al igual que hace con el resto de productos audiovisuales. Debemos también trabajar por una mayor implicación del resto de televisiones y plataformas, como ventanas de exhibición y fuentes de financiación con precios coherentes con el mercado. Además queremos abrir el debate sobre la situación de alegalidad de casi el 90% de la producción de cortometrajes en España, dado que apenas se registran en el ICAA, situación manifiestamente mejorable que debe revertirse estudiando cambios en la normativa. También planteamos que las instituciones promuevan encuentros con empresas ávidas de nuevas opciones de marketing, buscando un acercamiento del cortometraje a otras formas de financiación, incluyendo coproducciones internacionales, para así multiplicar los canales de distribución y explotación.
Llegado este punto, exponemos nuestro firme apoyo al polémico concepto ‘Pago por Selección’, pero únicamente en aquellos festivales que concedan premios en metálico, matiz esencial sobre el que aprovechamos para explicarnos mejor. No se trata de aumentar el presupuesto del festival, simplemente destinar un 20-30% del dinero para premios a los seleccionados no premiados, el resto a los premios. Esto es fundamental para los que no triunfan pero que sí se programan, siempre tras superar una cada vez mayor criba, lo que ya da indicios de calidad y del potencial del equipo que está detrás. En festivales grandes cada seleccionado recibiría 150-200 €, en los más modestos puede que 20-30. Cada pago tendría su valor pues un corto que es seleccionado en p.ej. 40 festivales, si obtiene una media de 50 euros juntará 2.000 €, y tengamos por seguro que sus autores los destinarán a su próxima obra: elevarán más su presupuesto y así podrán p.ej. dar de alta al equipo de rodaje, alquilar materiales, producción o pospo, pagar algún sueldo, mejorar localizaciones, arte, sonido… es decir, generar más ‘industria del cortometraje’, ayudándole a producir una mejor obra, a ser más ‘profesional’. No todos ganan festivales, los mejores suelen ser unos pocos y se lo merecen, pero hay otros muchos seleccionados entre tantos inscritos que tienen potencial para hacer su próxima obra mejor pero que muchas veces no disponen de la economía para abordarla. El ‘Pago por Selección’ es claramente más proporcional y ayudaría a mejorar este cine ‘emergente’ creado por muchos de los que, con el tiempo, serán los futuros autores del mejor cine español.
No obstante, somos muy conscientes de que corren tiempos difíciles para nuestras principales ventanas de promoción y exhibición, los festivales que aprecian y miman nuestros productos, con los que nos solidarizamos y tendemos la mano para colaborar en un crecimiento mutuo. Especialmente dura ha sido la desaparición del apoyo de la Comunidad de Madrid, que ha dado la puntilla a varios históricos certámenes madrileños recientemente desaparecidos, lo que lamentamos. Desde nuestro ‘Festival de Cine de Madrid’ intentamos poner en práctica lo aquí defendido. La reciente 24ª edición ha contado con 3 secciones oficiales nacionales, dos de ellas con pago por selección, 7 paralelas de producción española y otras 6 paralelas de cine foráneo. La programación es seleccionada por comités independientes, se exhibe con proyecciones de calidad y se celebran muchos coloquios y encuentros con público y estudiantes. Este año hemos consolidado algunas secciones de cortometrajes (Cine Molón, Vermú Corto, Cine por Lapiceros) y lanzado otras con protagonismo del cortometraje internacional (Nuevos Realizadores Internacionales y Panorama Internacional Cortometrajes) con el fin de ofrecer a los espectadores cortometrajes en una pantalla de cine que, de otro modo, sería improbable ver en Madrid.
¿A qué conclusión llegamos? Para mejorar nuestras condiciones de producción y posibilidades de exhibición el camino pasa por mejorar estos aspectos, y otros por surgir, y propiciar junto con la industria y el sector público una nueva institucionalidad del cortometraje, desarrollando condiciones, estructuras y un nuevo tejido de relaciones capaces de sostener al corto en el contexto cultural, artístico, industrial y social, tal como enunció Susana de la Sierra. Pero eso solo podrá ser si nos unimos, si nos sumamos todos a alguna de las asociaciones que se esfuerzan por nuestro “bien común” aquí expuesto: AIC, CCE y PNR.
Emerjamos, salgamos a la luz. Todos en el terreno audiovisual hemos empezado de cero alguna vez, intentando recorrer el camino hacia una profesionalización o, al menos, hacia una estabilidad creativa… Tal como aprendimos en El Visor del Cortometraje, sustituyamos el llanto por una acción constructiva que nazca de la autocrítica… querid@s cortometrajistas, ¡asociaros por favor!
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